Elda: Sigo pensando que no debe hacer esto señora…
Isabel: ¿Y desde cuando yo te pago para que pienses?
Elda: Tiene razón, disculpe. Pero no puedo dejar de pensar en como va a reaccionar su marido al verlo.
Isabel: ¿Pero que me puede llegar a decir el? Si su amiguito aparece en cada puta estatua que hay en la ciudad, hay más imágenes de ese que mías.
Elda: Pero es distinto señora…
Isabel: Claro que es distinto, este es dos veces mas grande.
Elda: La situación es distinta señora, el es el Rey.
Isabel: ¿Y? Claro no… como el es hombre puede, y yo, al ser mujer, no puedo colocar a mi consolador en la vitrina, ¿no?
Elda: Tiene razón señora. Déjelo allí en la vitrina.
Isabel: Pero por supuesto que tengo razón. Y comience a hacer uno igual a este Elda, pero esta vez que no tenga brazos si puede ser.
Elda: Como no señora, los ojos también se los saco.
Isabel: mmm… no, esos déjeselos mejor. Y hagase uno usted tambien si quiere Elda eh...
Elda: Gracias señora, gracias.
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